"«Tope» es un término que necesita una explicación especial. Todos saben lo que son los topes de los vagones de ferrocarril: aparatos amortiguadores de choques. En la ausencia de estos topes los menores choques de un vagón contra el otro podrían ser muy desagradables y peligrosos. Los topes atenúan los efectos de estos choques y los hacen imperceptibles.
"En el hombre existen dispositivos exactamente análogos. No son creados por la naturaleza sino por el hombre mismo, aunque involuntariamente. En su origen se encuentran las múltiples contradicciones de sus opiniones, de sus sentimientos, de sus simpatías, de lo que dice, de lo que hace. Si un hombre tuviese que sentir durante su vida entera todas las contradicciones que están en él, no podría vivir ni actuar tan tranquilamente como ahora. Sin cesar se producirían en él fricciones; sus inquietudes no lo dejarían reposar nunca. No podemos ver cuan contradictorios y hostiles entre sí son los diferentes «yoes» que forman nuestra personalidad. Si un hombre pudiera sentir todas estas contradicciones sentiría lo que él realmente es. Sentiría que está loco. Para nadie es agradable sentirse loco. Además, tal pensamiento priva al hombre de su confianza en sí mismo, debilita su energía, frustra su «respeto de sí mismo». De una manera u otra, tiene entonces que dominar este pensamiento o desterrarlo. O bien tiene que destruir sus contradicciones o dejar de verlas y de sufrirlas. Un hombre no puede destruir sus contradicciones, pero deja de sentirlas cuando los topes aparecen en él. A partir de entonces ya no siente los impactos que resultan del choque entre perspectivas, emociones y palabras contradictorias.
"Los «topes» se forman lenta y gradualmente. Muchísimos se crean artificialmente por la «educación». Otros deben su existencia a la influencia hipnótica de toda la vida circundante. El hombre está rodeado de gente que habla, piensa, siente, vive por medio de sus «topes». Al imitarlos en sus opiniones, acciones y palabras crea involuntariamente en sí mismo «topes» análogos que le hacen la vida más fácil, ya que es muy duro vivir sin «topes». Pero éstos impiden toda posibilidad de desarrollo interior porque están hechos para amortiguar los choques; empero, los choques, y sólo ellos, pueden sacar al hombre del estado en que vive, es decir, despertarlo. Los «topes» arrullan el sueño del hombre y le dan la agradable y apacible sensación de que todo irá bien, que no existen las contradicciones y que puede dormir en paz.
Los «topes» son dispositivos que permiten al hombre tener siempre la razón: le impiden sentir su conciencia moral."La «conciencia» es otro término que necesita explicación. "En la vida ordinaria, se toma el concepto de «conciencia» de una manera demasiado simple. ¡Como si nosotros tuviéramos conciencia! De hecho, el concepto de «conciencia moral», dentro del dominio emocional, equivale al concepto de «intuición intelectual» dentro del dominio intelectual. Y así como no tenemos intuición intelectual tampoco tenemos conciencia moral.
"La intuición intelectual es un estado en el cual el hombre conoce de una manera inmediata y total todo lo que sabe en general; un estado en el cual es capaz de ver cuán poco sabe y cuántas contradicciones hay en lo que sabe."
de Fragmentos de una enseñanza desconocida, P.D. Ouspensky