Desconectados de la realidad, conectados a lo artificial
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Sun ki Discípulo/Discípula
Mensajes : 66 Fecha de inscripción : 04/01/2014
Tema: Desconectados de la realidad, conectados a lo artificial 3/14/2014, 20:58
Miren el siguiente vídeo:
Y también entren en este enlace:
23 fotos que prueban que la sociedad está perdida http://www.buzzfeed.com/daves4/23-fotos-que-provam-que-a-sociedade-esta-perdida
¿Les suena? ¿Lo hacen ustedes mismos? Aún estamos más distraídos que antes. Incluso andando por la calle, sin mirar por dónde andan, muchas personas están enganchadas a sus teléfonos, mirando las actualizaciones de las redes sociales y enviándose mensajes. Ni siquiera miran por dónde caminan. Personalmente, algunas veces he tenido que esquivar a más de un despistado centrado en el universo del móvil en lugar de estar mirando por dónde pisa.
La exagerada dependencia que se ha generado hacia los móviles ha dado nacimiento a la nomofobia, el pánico irracional a salir de casa sin el móvil. Según Wikipedia, la nomofobia es:
“La nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles.
El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y contó con una muestra de 2163 personas, revelando que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido tienden a sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de la red." De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus móviles están apagados. La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los nervios que se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista. Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.”
Si buscan un poco por internet encontrarán numerosos estudios realizados en varios países que delatan la misma dinámica. Una dependencia muy fuerte y la consiguiente desconexión de la realidad generan personas que no viven, cual zombis sin pensamiento ni voluntad. Imaginen que por razones especiales de repente se perdieran todas las conexiones y la gente no pudiera hacer nada con sus móviles, ni llamar, ni acceder a internet ni hacer absolutamente nada con ellos. ¿Qué pasaría?
Suele hablarse en los círculos pseudo-conspiranoicos que en cierto momento nos quieren instalar un chip en el cuerpo para estar vigilados y quizá controlar nuestros cuerpos y mentes y a saber qué. Bien, en estos círculos siempre surgen teorías fantasiosas con explicaciones hollywoodienses que se hacen entretenidas para el lector, en un alarde de sensacionalismo puro. La realidad es más sencilla, y a veces no tan sensacional. De creer en ése chip, ustedes ya lo llevan puesto, y además lo aman y lo necesitan. Es su smartphone. El poseedor de un smartphone está localizado en todo momento. Hace fotos y las cuelga en las redes sociales, y su vida es vigilada a cada instante. Su mente está controlada y monitoreada a través de su smartphone. Está controlada porque su vicio para con su estimado móvil es tal que sólo piensa en él y en tenerlo cerca para estar conectado a las redes, y monitoreado porque sus mensajes, llamadas, vídeo y fotos realizadas son captadas continuamente. Y las personas de forma natural han asimilado ésa manera de proceder en apenas unos pocos años.
No hablo de una gran conspiración para que esto sucediera así, al menos no completamente. Sencillamente, los avances tecnológicos nos han llevado hasta ahí, y algunos lo han aprovechado para vigilarnos y mantenernos vigilados si así lo desean. Todo lo demás es responsabilidad nuestra, de haber caído en el vicio, la moda y la dependencia de usar estos aparatos de forma tan exagerada.
Respecto a la pérdida de concentración y atención hacia la vida misma, tenemos un problema. Si ya en condiciones normales la práctica de la atención consciente es dificultosa, imaginemos cómo ha de ser este añadido. Más que nunca, no se vive ni en el aquí ni en el ahora. Si reflexionamos un poco sobre ello, veremos que no es nada exagerado. Lo que ocurre es que la inmersión de dichos aparatos en nuestras vidas ha sido silenciosa y paulatina –silenciosa relativamente, ya que la publicidad ha sido y es demoledora-. Cada vez que las personas escuchan el timbrecito que indica que les ha llegado un mensaje por WhatsApp, apenas pueden corren a mirarlo. Y esto ocurre muchas veces a lo largo del día. A mi entender, ése timbrecito lo veo como el toque de queda que nos indica que hemos de dejar de lado a la realidad instante por instante.
El punto de desconexión con la realidad y de contacto humano al que hemos llegado es realmente preocupante. Paradójicamente, vivimos en la época más conectada de la historia y, al mismo tiempo, en la más desconectada de la realidad.